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Illescas, Miguel - Ibarra, José Carlos

Cto. España, Ceuta 2008

1.Cf3 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 d6 4.e4 Ag7 5.d4 0–0 6.Ae2 e5 7.0–0 Cc6 8.d5 Ce7 9.Ce1 c5 10.Ae3 Ce8 11.g4 f5 12.f3 h5 13.g5 f4 14.Af2 Ah3 15.Rh1 Axf1 16.Axf1 Cc8 17.h4 Cc7 18.a3 a5 19.b3 Ca6 20.Cd3 Ca7 21.Dd2 Dc7 22.Cb2 Tfe8 23.Ae1 Af8 24.Cca4 b6 25.Cc3 Teb8 26.Rh2 Dd8 27.Cb5 De8 28.De2 Rh7 29.Ah3 Tb7 30.Ca4 Dd8 31.Cac3 Ae7 32.Dg2 Af8 33.Ad2 Cc7 34.Cxc7 Dxc7 35.a4 Ag7 36.Ae6 Tf8 37.Dh3 De7 38.Rg2 De8 39.Dh2 ½–½

Después de 13...f4

 

            En esta web no suelo incluir partidas de este tipo, pero puede resultar instructivo analizar el alcance de los sacrificios posicionales.

            La posición es cerrada hasta el extremo, las cadenas de peones restringen muchos los movimientos del resto de fichas y sin columnas abiertas las torres no tienen mucho que hacer. Illescas lo comprendió y decidió sacrificar una de sus torres por un alfil del rival. Las blancas disponen del alfil de casillas blancas, que va a resultar mucho más móvil que el de casillas negras. Los espacios son mínimos e Ibarra fue incapaz de maniobrar para buscar explotar su ventaja material.

           Illescas siempre ha sido un jugador posicional, salvo en sus inicios, y aquí lo demostró con creces.

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