Este ha sido un campeonato lleno de sorpresas, los favoritos no han hecho honor a su condición y David Lariño, 13º en el ranking inicial, se ha llevado el gato al agua. El MI gallego se ha mostrado muy sólido durante los 8 días de competición, sin asumir demasiados riesgos, ha sabido esperar los errores de sus rivales para ir sumando victorias en las partidas rápidas

                 Esta edición se iba a decidir por eliminatorias, partiendo de octavos de final (16 jugadores). Cada eliminatoria se decidiría en dos partidas a un ritmo de 1h 30m por jugador, en caso de empate se jugarían dos partidas rápidas a 20 m y si persistiera la igualdad se disputarían dos partidas blitz a 3 m.

                 Tengo que comenzar diciendo que he errado mi pronóstico en este campeonato... pero por poco, mi apuesta era José Carlos Ibarra, se que no entraba entre los favoritos, pero le había visto jugar este año y me había gustado su forma de jugar, sobre todo por su actuación en Villarrobledo (en Agosto), donde a pesar de quedar 31º, me dejó gratamente sorprendido por las grandes partidas que disputó ante los primeros clasificados (tablas ante Milov, Van Wely, Kolev o Sokolov, con alguna de esas posiciones ganadas).

                 Esta edición está dando mucho que hablar y no por aspectos positivos. El dudoso sistema de competición que se ha utilizado ha degenerado en un espectáculo muy pobre, donde la mayoría de participantes prefería jugárselo todo en las rápidas. Pero señores, esto no es un Campeonato de España de rápidas, es el campeonato absoluto y debe decidirse en partidas lentas, donde se demuestra el ajedrez de verdad. Yo soy partidario de hacer un torneo cerrado, con 8-10 participantes y a ritmo clásico, esa es la manera más lógica de dirimir un título tan importante. Esperemos que se rectifique en próximas ediciones, porque creo que este sistema no es válido. El resultado ha sido un torneo bastante flojo, con partidas de bajo nivel y abundancia de tablas bochornosas. Se ha conseguido vulnerar el espíritu del deporte, que es la lucha por la victoria.

                 Torneo muy importante para Miguel Illescas, que tenía la oportunidad de registrar su nombre en la historia del ajedrez español al ser el jugador con más campeonatos nacionales en su haber. Al final tendrá que esperar a ediciones venideras para deshacer el empate con Medina y Pomar (con 7 triunfos cada uno).

                 Y esta ronda trajo la primera polémica. El GM Manuel Rivas se negó a pasar el control antidoping y fue expulsado inmediatamente del torneo. Parece que su negativa ha sido debida a convicciones personales y abre un interesante debate: ¿se debe hacer un control de dopaje a un ajedrecista?. Parece un poco difícil que un jugador de ajedrez pueda mejorar su rendimiento a base de sustancias prohibidas, por lo que es un poco absurdo realizar este tipo de controles.

                 Esta ronda no trajo sorpresas demasiado grandes, pero sirvió para ver cual iba a ser la estrategia de Ibragin Khamrakulov (uno de los favoritos) durante todo el torneo: pactar tablas rápidas para jugárselo todo en las partidas rápidas.

                 Y aquí se acabó el sueño de Illescas, tras disputar 4 partidas igualadísimas con Ibarra se llegó a las partidas relámpago y en ambas Illescas entró en apuros de tiempo y cometió dos errores que le condujeron a la eliminación. Seguro que lo vuelve a intentar el año que viene.

                 El desenlace de esta ronda fue completamente inesperado, los 4 cabezas de serie cayeron eliminados y nos encontramos con cuatro jugadores que no entraban en las quinielas, que lucharán por ser el nuevo campeón de España. Parece que el relevo generacional está llegando (Lariño tiene 19 años e Ibarra 22), algo lógico y normal, sin olvidar a las jóvenes promesas sub-18 que seguro que darán mucho que hablar en las próximas temporadas.

                 Por desgracia continúan las tablas en pocas jugadas, incluso una en la mesa 2 con sólo 7 movimientos... de risa. Es evidente que la organización ha errado con el sistema de competición, algunos de los participantes prefieren jugarse el pase en partidas rápidas y convierten las lentas en un espectáculo bochornoso. No hay que olvidar que la mayoría de torneos que se juegan en España son de rápidas o semirápidas, por lo que no es de extrañar que muchos maestros se encuentren más cómodos con el reloj apretando. De todas formas, no se puede dar un ejemplo tan pésimo, así es difícil que se tome en serio el ajedrez desde fuera.

                 Las partidas rápidas son más entretenidas de ver, pero no reflejan la fuerza real del jugador. Además el aficionado poco habrá podido disfrutar, ya que los desempates comenzaban a las 23h y en ocasiones se han alargado hasta las 2 de la madrugada!!. Un auténtico disparate el tener a los jugadores compitiendo hasta esas horas y una burla al aficionado, que es difícil que pueda seguir las partidas a semejantes horas.

                 Por último, entre el tono gris de las partidas, destacar un sacrificio posicional que realizó Illescas para obtener unas tablas. (Ver partida).

                 En las semifinales el guión no iba cambiar, tablas sin demasiada lucha y los relojes que pasan a un primer plano. Al menos pudimos disfrutar de la primera partida de ataque en condiciones, una combinación demoledora realizada por Ibarra en la primera partida rápida (Ver partida). Luego, Ibarra fue incapaz de rematar la faena y perdió la segunda partida tras volver a asumir riesgos. En las partidas blitz, Lariño se mostró superior y obtuvo el pase a la final. Una pena para Ibarra, que creo que ha sido el jugador más combativo del torneo y su juego tal vez mereció un premio mayor.

                 La otra semifinal no tuvo mucha historia ya que Arizmendi se mostró muy superior a su rival en las partidas rápidas.

                    Y cuando ya no esperábamos demasiadas emociones, llegó una partida llena de tensión gracias a un sacrificio de dama puesto en práctica por Lariño. Seguro que los programas dan gran ventaja a las negras tras el sacrificio, pero el ajedrez no es una ciencia exacta... por fortuna, porque sino perdería todo su encanto. La defensa negra ya no es tan sólida como antes, hay varias piezas blancas dispuestas para el asedio y posibilidades de buscar ataques prometedores. Arizmendi así lo entiende y sacrifica una pieza para tratar de nivelar la situación... ¿un error?, eso es fácil evaluarlo con un programa, pero hay que estar allí, jugándote el título más importante de tu carrera, no, no debe ser fácil afrontar este tipo de posiciones. Al final la partida se igualó y se firmaron tablas. (Ver partida).

                    Increíble fue la crónica escrita en el diario Marca sobre la partida: "Lariño defendió una posición desfavorable tras perder su dama, pero Arizmendi no pudo rematar". No se quien escribió esto, pero Lariño sacrificó su dama para tratar de atacar, no la perdió como se insinúa en este periódico. En caso de haber cometido un error con 17.Axg5, no hubiese sido necesario entregar la dama, con la pérdida del alfil se hubiese conformado. Además Lariño no se defendió, sino todo lo contrario y fue Arizmendi el que tuvo que prestar más atención a su defensa. En fin, vaya repercusión que tiene el ajedrez a nivel nacional, una crónica microscópica y mal escrita.

                    La segunda partida también finalizó en tablas y una vez más había que acudir a las partidas rápidas para deshacer la igualdad. La primera partida rápida fue ganada claramente por Lariño. En la segunda Arizmendi logró un peón de más (con 1 torre para cada uno y alfiles del mismo color), pero la tarea no resultó sencilla y sólo tras una larga lucha consiguió el valenciano coronar su peón de más. Una vez más un empate, el campeón de España se iba a decidir en dos partidas relámpago. Arizmendi había tenido problemas de tiempo en todas las partidas anteriores y se mostró inferior en esta modalidad, Lariño venció con comodidad en ambas partidas y consiguió proclamarse campeón de España.

                    Ibarra obtuvo el 3er puesto tras vencer en las dos rápidas a Terán.

                    Punto y final de un torneo extraño, con demasiadas tablas sin juego y con ajedrez de madrugada, algo completamente antinatural.

Final

3er y 4º puesto

Javier Cordero Fernández

(5 Octubre 2008)