Este torneo muestra una realidad habitual en los
                        torneos suecos: Stoltz, Stahlberg y Lundin se
                        encontraban varios escalones por encima del resto de sus
                        compatriotas, los cuales tenían que conformarse con
                        repartirse el resto de posiciones siempre a la sombra de
                        sus célebres compañeros. De hecho, cuando el trío de
                        mosqueteros fue perdiendo fuerza, durante décadas no apareció ningún jugador
                        capaz de sustituirles. 
                          
                        Participantes:
                        De pie: Axelsson, Pettersson, Carlsson, Stoltz,
                        Ekenberg, Lundin y Mellgren 
                        Sentados:
                        Stahlberg, Alekhine y Berndtsson 
                                 
                        El ajedrez sueco había progresado enormemente, pero
                        Alekhine, a pesar de sus problemas, demostró que era inaccesible por el
                        momento. 
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