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Curiosidades - Bloque 24


Amor y odio por el ajedrez

           Paul Charles Morphy es uno de los grandes genios de la historia del ajedrez. Esto es indudable. Sin embargo, siempre se debatió entre su amor al ajedrez y el rechazo que esta profesión levantaba entre la alta sociedad de su ciudad de origen. Y es que entre las clases altas de New Orleans estaba mal visto que alguien se dedicase profesionalmente al ajedrez, era considerado algo poco serio y quien lo hiciese recibiría desprecio sin fin. Este fue el motivo por el que Morphy abandonó el ajedrez de forma tan inesperada para dedicarse a la abogacía, campo 'más respetable' donde no logró destacar.

           Morphy nunca quiso ser considerado un profesional del ajedrez, con todo lo que ello traía apareja- do. Por ello, nunca quiso aceptar los premios que ganó en torneos y matches individuales. ¿Qué hacía entonces con el dinero que era legalmente suyo? Sencillo, se lo daba a sus rivales, siempre de forma ingeniosa. Por ejemplo, cuando derrotó a Löwenthal en Londres decidió ceder el premio a su rival para que amueblase su casa, ya que sabía que éste se acababa de casar recientemente. El premio obtenido por su victoria ante Harwitz en París lo utilizó para costear el viaje de Anderssen hacia la capital francesa, para que el maestro alemán pudiese enfrentarse contra él.


Doble traición

New York, a finales del Siglo XIX

          V Congreso americano de ajedrez. Sólo queda una ronda por disputar y tres jugadores están empatados en cabeza con 12'5 puntos: Grundy, Moehle y Mackenzie. Una bolsa de premios de 1000 dólares y una medalla de oro espera a los primeros clasificados. La expectación es máxima y una multitud de aficionados se agolpa en la sala de juego, todos los diarios locales han enviado a sus redactores para cubrir la noticia y alrededor de los tableros reina un gran entusiasmo por ver la resolución del torneo. 

          La primera partida que finaliza es la de Mackenzie, que logra la victoria. Moehle, por su parte, hace tablas en una maratoniana lucha. Toda la atención se centra entonces en la partida de Grundy, la última en finalizar. En dicha partida la ventaja es para Preston Ware, que de repente empieza a jugar de forma pasiva y especulativa, para terminar perdiendo. George Henry Mackenzie y James Clover Grundy han finalizado empatados en cabeza y, por tanto, deberán jugar un desempate.

          La sorpresa llegó antes de las partidas de desempate. Preston Ware escribió una carta a la organización del torneo en la que confesaba que durante la partida, su rival le había comentado que necesitaba imperiosamente el premio, ya que era pobre. Grundy ofreció 20 dólares a Ware para que la partida finalizase en tablas. Peston Ware aceptó la propuesta y por ello comenzó a realizar movimientos de espera (del 20 al 23), sin forzar la posición, que era ventajosa. Sin embargo, la situación se volteó cuando Grundy, sorprendentemente, empezó a apretar en busca de la victoria, lográndola finalmente tras hacer un ataque a la bayoneta. Ware finalizó su escrito comentando que consideraba todo lo acontecido como un fraude contra su persona. El comité consideró las pruebas como indemostrables y no tomó ninguna medida, por lo que Grundy jugó el desempate, que perdió por 2-0, finalizando en segundo lugar y embolsándose 300 dólares.

           Como ven, los amaños de partidas, tan habituales en la actualidad, vienen de lejos. Lo que ya no es tan habitual es una doble traición y encima reconocida por escrito. Pueden ver la partida de la discordia en: Ware - Grundy.


Cómo ganar una partida con un movimiento ilegal

James Mason         Szymon Winawer

           Al reproducir la planilla oficial de la partida Mason - Winawer se llega a un final poco menos que sorprendente. Veamos el por qué. Éste es el diagrama antes de la última jugada de la partida y lo que aconteció a continuación:

Ver diagrama en texto

Aquí se realizó el genial movimiento 43...Cc5!!! y las blancas abandonaron

           Este esperpento tiene una explicación sencilla; si esperabais una falta de vista atroz por parte de Mason, os sentiréis decepcionados. Lo que ocurrió es que al llegar al control de tiempo la posición fue anotada erróneamente y el caballo fue situado en d7... lo increíble es que ninguno de los dos jugadores reparara en el error, sobre todo teniendo en cuenta la precaria situación del caballo en e7 (su posición real) donde sus posibles movimientos estaban bloqueados, algo que ambos deberían haber recordado, sobre todo Mason.


 

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