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Curiosidades - Bloque 3


David Bronstein

         Es de dominio público que Bronstein invertía mucho tiempo en realizar el primer movimiento en alguna de sus partidas (su record es 40 min.). Esto ha hecho que los periodistas le pregunten por la razón de esa tardanza en repetidas ocasiones; harto, Bronstein contestó a un reportero de esta forma: 

- ¡Pienso en cómo jugaré mañana!

         La explicación del comportamiento de Bronstein nos la da Yuri Averbach en su libro "Lecturas de ajedrez", en el que cuenta como Bronstein apenas podía dominar sus nervios cuando le tocaba escoger un plan al comienzo de la partida. Así, el reloj empezaba a correr y Devik se quedaba petrificado, buscando tranquilizarse y concentrarse en la partida.

         Muchos atribuyen la siguiente anécdota a Bronstein (que según Yuri Averbach no le ocurrió a Bronstein, sino a otro GM):

         En una partida de Torneo el jugador que llevaba las blancas tardó mucho tiempo en realizar el primer movimiento. Al finalizar la partida su rival le preguntó:

- ¿Por qué ha invertido tanto tiempo en la apertura? ¿Es que trataba de descubrir algo nuevo?.

- ¡En absoluto! - contestó éste -. Noté la falta de la llave de casa en el bolsillo y he estado todo el tiempo pensando donde la habré olvidado.


Youri Averbach

Isaak Boleslavsky

           En las simultaneas los maestros suelen maravillar a los aficionados con su capacidad de concentración y su rapidez de movimientos, pero a veces estos logran ser más astutos que los profesionales.

           En cierta ocasión Yuri Averbach e Isaak Boleslavsky dieron una sesión alternativa (ambos juegan las mismas partidas, turnándose y sin consultarse).

           Averbach llegó a unos de los tableros y notó la ausencia de una torre, rápidamente preguntó amenazador: 

- ¿Dónde está la Torre?

- ¡Isaak Efremovich la ha descuidado!

           Ante este contratiempo los maestros terminaron perdiendo la partida. De vuelta al hotel Averbach reprochó a Boleslavsky el "descuido" de la Torre. Ante esto Isaak contestó:

- ¿Quién la ha descuidado sino usted?

           Resultó que el "héroe" de la sesión, al que todos habían aplaudido, no era mas que un hábil tramposo.


Gösta Stoltz

             En el Torneo Interzonal de Saltsjöbaden de 1948 a Najdorf le tocaba enfrentarse con uno de los 3 mosqueteros suecos: Gösta Stoltz.

             Najdorf sabía de la dependencia del alcohol de su rival y cuando se lo encontró al mediodía en la cafetería del hotel vio la oportunidad de allanar el terreno de su futura partida. Najdorf empezó a invitar a una copa tras otra a Stoltz, hasta que quedó contento con el resultado y decidió irse a comer. El argentino creía que su rival no estaría en condiciones de rendir en la partida que comenzaría esa misma tarde.

             Para sorpresa de Najdorf, Stoltz ugó de manera muy precisa y le puso en muchos problemas. En la jugada 42 Stoltz le ofreció tablas, cosa que Najdorf aceptó rápidamente.

             Stoltz le comentó irónicamente a Najdorf:

- Le he propuesto tablas, aunque estoy mejor, porque si usted no me hubiese invitado hoy no habría podido jugar.


Adolf Anderssen

             Adolf Anderssen era un verdadero adicto al ajedrez, a él dedicaba todos sus ratos libres, como atestigua la siguiente historia:

            Una noche Anderssen se encontraba sentado frente a un tablero y se puso a estudiar un problema. Cuanto más se perdía en todas las posibles variantes, más partidas jugaba contra si mismo. Estaba tan fascinado con la belleza de aquella partida que perdió la noción del tiempo y de las circunstancias, no sintiendo por ello ningún cansancio. Cuando de repente alguien llamó a la puerta, enojado, interrumpió sus pensamientos y entonces mantuvo la siguiente conversación con su ama de llaves:

Anderssen : Vete tranquila a la cama. Estoy ahora muy ocupado.

Liesbeth : ¿Cómo dice, por favor?

Anderssen : No me molestes. Sabes que puedo resistir perfectamente toda la noche. ¡Llámame mañana temprano, como siempre!

Liesbeth : Señor profesor, ¿se encuentra usted bien?

Anderssen : Criatura, no sólo estoy muy bien, sino que además no debes molestarme ahora. Estoy precisamente en lo más importante. Termino en seguida.

Liesbeth : Sabe profesor, usted no ha dormido absolutamente nada. Ya tengo experiencia de otras veces. ¿Pero... no ha oído usted las campanas del alba?

Anderssen : ¿Las campanas del alba?. Habría podido jurar que eran las campanas de la noche. ¿No te confundes?

Liesbeth : Señor profesor, 'yo' he dormido toda la noche y 'no estoy soñando'.  


Efim Geller

          Subamos a una máquina del tiempo y dirijámonos a la ciudad de Bled en el año 1961. Allí se enfrentan en una partida el soviético Efim Geller y el yugoslavo Mijo Udovcic.

          Mijo Udovcic jugaba con un puro en la boca y buscaba continuamente  desconcentrar a Geller echándole el humo a la cara. Geller, cansado de esta situación, expresó su queja al arbitro principal del Torneo.

          El árbitro se lo tomo con humor y recordando la manía del campeón del Mundo Emanuel Lasker de fumar habanos en sus partidas le comentó a Geller:

- No debe usted preocuparse... ¡puesto que Udovcic no juega como Lasker!

          El árbitro tenía bastante razón, ya que Udovcic finalizó en último lugar con 4 puntos en 19 partidas, aunque parece que logró desquiciar a Geller, al que consiguió arrancarle unas tablas tras una larga lucha.


 

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