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                       Ramón
                      Rey Ardid, Doctor en psiquiatría y en ajedrez 
                        
                      ( Autor :
                      Javier Cordero Fernández -
                      ©
                      Ajedrez de
                      ataque ) 
                              
                      Ramón Rey Ardid marcó una época en el ajedrez español
                      y lo consiguió por varias motivos: unos resultados
                      excelentes en competición, una constante dedicación a la
                      difusión del juego y un gran afán investigador en
                      prácticamente todas las modalidades del ajedrez. Por todo
                      ello fue un pilar importante en el, por otro lado, lento
                      desarrollo de este deporte en España. 
                              
                      Ramón Rey Ardid nació el 20 de Diciembre de 1903, en
                      Zaragoza (España). Falleció el 21 de Enero de 1988, en
                      su ciudad natal. 
                              
                      Rey Ardid se adentró en el extenso mundo del ajedrez a la
                      tardía edad de 15 años, siendo su padre el encargado de
                      enseñarle a dar 'sus primeros pasos', todavía
                      tambaleantes, dentro de un tablero. Sin embargo, en
                      primera instancia no se sintió excesivamente atraído por
                      torres y alfiles, y no empezó a jugar con asiduidad hasta
                      dos años después, al finalizar el bachillerato, tras
                      quedar gratamente impresionado por lo que vio en un torneo
                      organizado en el Casino de Zaragoza en el que participaba
                      Manuel Golmayo, gran dominador del ajedrez nacional. La
                      experiencia produjo un gran entusiasmo en su inquieta
                      mente adolescente y comenzó a devorar los pocos libros de
                      ajedrez a los que se tenía acceso en la época, como el
                      manual de Philidor o la obra de Paluzie y Lucena. 
                              
                      El aprendizaje del ajedrez, y de cualquier otra
                      disciplina, se realiza de forma más sencilla y natural si
                      se lleva a cabo en la niñez, por eso sorprende la
                      facilidad que mostró Rey Ardid para aprender y progresar
                      en su juego, lo que muestra un talento innato para el
                      ajedrez. En sólo dos años Rey Ardid consiguió ser
                      jugador de 1ª categoría, logrando su primera victoria en
                      el Campeonato de Zaragoza. Con 19 años su fama le
                      precedía y su nombre era conocido por toda la geografía
                      española, como lo demuestra algunas sesiones de
                      simultáneas que dio lejos de Zaragoza: en Gijón fue
                      sometido a una dura prueba, jugó una sesión de
                      simultáneas a la ciega contra 5 de los jugadores más
                      fuertes de la ciudad cosechando un mal resultado (=1 -4);
                      dos días después dio unas simultáneas de partidas
                      normales en las que logró resarcirse de sus malas
                      sensaciones (+19 =4 -4). Este tipo de sesiones fueron muy
                      comunes a lo largo de su carrera, lo que suponía una
                      fuente extra de ingresos y la posibilidad de conocer
                      nuevos lugares. 
                              
                      En aquella época se reunía con asiduidad con José
                      Juncosa, jugador más importante de la ciudad, y otros
                      jugadores veteranos de los que pudo aprender... y
                      aprendió rápido, tanto, que fue seleccionado para
                      representar a España en la Olimpiada, no oficial, de
                      París (1924). El ajedrez en España no atravesaba su
                      mejor momento y sólo se pudo enviar a 3 jugadores para
                      cubrir los 4 puestos requeridos: Marín, Golmayo y Rey
                      Ardid. Curiosamente, esta sería la única participación
                      de Rey Ardid en unas Olimpiadas por motivos que
                      conoceremos más adelante. Su actuación en París fue
                      irregular, en la fase preliminar se quedó lejos de
                      clasificarse para la final (4º de 6 jugadores y sólo se
                      clasificaba el primero) y en la final de consolación no
                      logró mejorar sus resultados, finalizando con 6 puntos en
                      13 partidas; España finalizó en décima posición en la
                      clasificación global, sobresaliendo Manuel Golmayo que
                      logró un puesto en la final, en la que ocupó el
                      penúltimo lugar. 
                        
                              
                      A estas alturas hay que mencionar un importante detalle:
                      Rey Ardid simultaneaba sus breves incursiones en el mundo
                      del ajedrez con los estudios de Medicina (en la
                      especialidad de Psiquiatría) que cursó en Zaragoza de
                      1920 a 1927. Ni durante su formación ni más adelante,
                      cuando comenzó a ejercer como médico, pudo dedicar
                      demasiado tiempo a su preparación ajedrecística y se vio
                      en la obligación de rechazar invitaciones a torneos que
                      provenían del extranjero e incluso tuvo que resignarse a
                      no participar en alguna prueba nacional. Rey Ardid
                      comprendió que sus nuevas ocupaciones le iban a impedir
                      dedicarse al ajedrez de competición de forma activa, por
                      lo que buscó otras ramas por las que poder dar salida a
                      sus inquietudes por el juego de Caissa, encontrando en el
                      ajedrez postal una forma ideal de seguir jugando. Las
                      partidas por correspondencia, que empezó a jugar con
                      asiduidad desde los 20 años, fueron un refugio ideal para
                      poder seguir compitiendo y entrenando. Veamos a
                      continuación algunas partidas brillantes que disputó en
                      esta modalidad:  
                      
                              
                      En 1926 participó en su primera competición importante:
                      el torneo internacional de Barcelona, donde se
                      encontraría con el vigente campeón de España, Manuel
                      Golmayo. Su actuación fue positiva, finalizando en un
                      meritorio 4º
                      lugar, aunque todavía lejos de Golmayo,
                      claro vencedor de la prueba, cuyo título era el objetivo
                      que Rey Ardid vislumbraba en su horizonte ajedrecístico. 
                              
                      En 1927, tras finalizar sus estudios de Medicina, Rey
                      Ardid se trasladó a Madrid con la intención de cursar el
                      Doctorado en la especialidad de Psicología y
                      Psiquiatría. La experiencia vivida en la capital fue muy
                      positiva para su ajedrez, allí pudo entrar en los
                      círculos ajedrecísticos de la ciudad y jugar con
                      asiduidad por primera vez en su vida, por lo que su nivel
                      de juego ascendió de forma vertiginosa. Sólo un año
                      después logró el triunfo en un torneo clasificatorio
                      para la Olimpiada (logrando 13 puntos en 14 partidas, sin
                      perder ninguna), superando a José Sanz, Martín Ortueta y
                      Rodríguez Lafora entre otros y logrando distanciar al
                      segundo clasificado en 4 puntos... aunque nuestro
                      protagonista tuvo que soportar el peso de una sorprendente
                      injusticia: finalmente no fue seleccionado para la
                      Olimpiada, en una decisión difícil de comprender que
                      levantó una gran polémica. Un año después, Rey Ardid
                      se encargó de demostrar lo desacertado del criterio de
                      los miembros de la Federación con su brillante actuación
                      en el torneo de Barcelona, en el que  finalizó como
                      primer español clasificado en una competición durísima
                      que contó con Capablanca, Tartakower o Colle: Ver
                      tabla. Por esta notable actuación, se le
                      concedió el derecho a retar al campeón de España Manuel
                      Golmayo, encuentro que fue concertado para finales de
                      1930. 
                        
                      Andor
                      Lilienthal vs Rey Ardid 
                              
                      El titulo de campeón de España llevaba 9 años sin
                      ponerse en juego, Golmayo no tenía rival y nadie parecía
                      dispuesto a plantarle clara, por lo que el duelo con Rey
                      Ardid levantó una gran expectación. Golmayo era el
                      favorito, pero la figura de Rey Ardid había crecido más
                      de lo que los expertos suponían y desde el principio,
                      gracias a una mayor fuerza en el terreno posicional,
                      logró dominar el match con claridad. El resultado, 5-2,
                      no deja lugar a la duda: Ver
                      tabla y partidas. Rey
                      Ardid cobró 960 pesetas, más los gastos del viaje, por
                      su victoria... Golmayo, curiosamente, cobró una cifra
                      más alta aunque fue el derrotado. El reinado de
                      Rey Ardid duró 14 años, poniendo su título en juego en
                      4 ocasiones hasta que fue derrotado por José Sanz en
                      1943. En el siguiente enlace podéis seguir el
                      devenir de sus luchas en los campeonatos nacionales: 
                      
                              
                      El 25 de Marzo de 1931 comenzó a colaborar en el
                      periódico La Vanguardia con una columna semanal en la que
                      repasaba con amplitud la actualidad ajedrecística
                      nacional e internacional, la cual se prolongó hasta el 17
                      de Julio de 1936, cuando fue cancelada por el comienzo de
                      la Guerra Civil. Sin duda, esta columna fue un aporte
                      importantísimo en la divulgación del ajedrez, tratando
                      temas muy diversos: torneos, ajedrez por correspondencia,
                      partidas brillantes, actualidad, actividad de los clubes,
                      estudios y finales, artículos... un extenso legado que
                      incluso hoy en día representa una importante fuente de
                      consulta. Rey Ardid colaboraría con otros periódicos,
                      como El Heraldo de Aragón o Amanecer, así como en
                      multitud de revistas de ajedrez internacionales. Su forma
                      de escribir, clara y elegante, era su mejor credencial, lo
                      que unido a un profundo conocimiento de la actualidad del
                      mundo del ajedrez (a través de la lectura de todo tipo de
                      revistas y libros) hizo que fuese un columnista muy
                      solicitado. Me he permitido rescatar uno de sus artículos
                      publicados en La Vanguardia, con una temática muy
                      relacionada con esta web, lo que nos permitirá conocer su
                      faceta periodística: 
                      
                              
                      En 1931 Rey Ardid regresó a Zaragoza con su título de
                      Doctor bajo el brazo y un puesto de médico esperándole
                      en el Sanatorio Nuestra Señora del Pilar de su ciudad
                      natal. Volcado en su nueva profesión, el ajedrez fue
                      relegado a un segundo plano no pudiendo competir en
                      ningún torneo durante 2 años. Sin embargo, durante ese
                      tiempo Rey Ardid no dejó pasar ninguna oportunidad que le
                      permitiese sentarse de nuevo ante el tablero... aunque no
                      tuviese ningún rival en frente: en 1931 jugó el match
                      por correspondencia entre Alemania y España y lo hizo con
                      un éxito que traspasó fronteras, derrotando por 2-0 al
                      campeón del mundo de la especialidad Eduard Dyckhoff;
                      España logró el triunfo con claridad: 7'5-4'5.
                      En 1933 repitió experiencia, aunque en esta ocasión
                      enfrentándose a la selección de Suecia. Rey Ardid jugó
                      en el primer tablero y empató 1-1 con Nils Johansson...
                      su derrota ante el jugador sueco fue una verdadera obra de
                      arte: Ver
                      partida. El resultado final fue de 9'5-6'5
                      a favor de España. También en 1933 participó en el
                      encuentro entre Zaragoza y Barcelona cono primer tablero,
                      empatando con Ángel Ribera y perdiendo los maños el
                      match por 4'5-1'5. En esos dos años sólo pudo participar
                      en un torneo local en Zaragoza y lo pudo hacer porque no
                      interfirió de forma directa en sus ocupaciones laborales;
                      Rey Ardid venció de forma clara, aunque cediendo una
                      derrota: Ver
                      tabla. 
                              
                      A Rey Ardid no le había tocado vivir una época sencilla
                      en lo que al ajedrez se refiere, apenas se organizaban
                      torneos y se jugaba de forma prácticamente amateur. El
                      ajedrez no era una profesión para los ajedrecistas de
                      aquellos tiempos, sino una pasión, pasión que les
                      permitía progresar a pesar de tener que dedicar la mayor
                      parte de sus vidas a otras ocupaciones laborales. Rey
                      Ardid nunca ocultó lo que el ajedrez significaba para
                      él: “Para
                      mí el ajedrez es el pasatiempo más maravilloso que
                      existe, por las bellezas que encierra y por su intrínseca
                      dificultad. Es un juego que una vez aprendido creemos
                      poder llegar a dominar, pero es tan esquivo que casi
                      siempre se nos escapa de las manos”. 
                        
                              
                      En 1933 Rey Ardid conoció el lado amargo de la vida,
                      teniendo que soportar una dura prueba con el fallecimiento
                      de su hija de sólo 16 meses, a la que rendiría un
                      emotivo homenaje desde su columna de La Vanguardia. Como
                      es lógico, su actividad en el tablero se paralizó casi
                      por completo durante aquel año. 
                              
                      En 1934 tuvo la
                      actuación más brillante de su carrera, desplegando un
                      juego de primer nivel durante el torneo de Sitges,
                       donde finalizó en un meritorio segundo
                      lugar superando a varios jugadores de renombre
                      internacional como Tartakower, Spielmann o Koltanowski.
                      Además firmó la que tal vez es su victoria más famosa,
                      un triunfo meteórico y brillante ante Tartakower: Ver
                      partida. Por
                      este gran resultado cobró la nada despreciable cifra,
                      para aquella época, de 400 pesetas; el ganador del
                      torneo, Andor Lilienthal, se embolsó 500 pesetas. 
                              
                      En Septiembre, Rey Ardid pudo disfrutar de unas vacaciones
                      después de mucho tiempo y decidió aprovecharlas para
                      viajar a París junto a su esposa, un viaje que ambos
                      necesitaban después de haber vivido una tragedia de tal
                      magnitud. Su paso por la ciudad de la luz estuvo muy
                      ligado al ajedrez, por lo que merece la pena contar sus
                      vivencias en el siguiente apartado: 
                      
                              
                      La importancia que Rey Ardid había alcanzado en el mundo
                      del ajedrez no pasó desapercibida en su ciudad natal y
                      desde el Centro Regional Aragonés se intentaron organizar
                      diversas actividades que podían ser beneficiosas para su
                      desarrollo como jugador. En 1934 invitaron al talentoso
                      joven Andor Lilienthal a pasar unos días en la ciudad, lo
                      que se aprovechó para organizar un match que le
                      enfrentaría a Rey Aridd: el jugador húngaro venció con
                      claridad por 5'5-2'5. En 1935 se repitió experiencia con
                      el campeón del mundo Alexander Alekhine y con el francés
                      Victor Kahn, actividades que pusieron a Zaragoza en la
                      primera plana del ajedrez español. Tras la retirada de
                      Rey Ardid, unos años después, Zaragoza perdió
                      relevancia y pasó a un segundo plano en el panorama
                      nacional. 
                              
                      Rey Ardid tuvo que tomar dolorosas decisiones en aquella
                      época, rechazando varias invitaciones de torneos
                      internacionales en los que hubiese deseado participar. Sus
                      ocupaciones laborales eran muy absorbentes y sólo podía
                      acudir a torneos durante sus vacaciones. Por este motivo,
                      en 1935 tuvo que declinar la invitación llegada de la
                      lejana Buenos Aires para participar en un torneo donde
                      competirían los jugadores iberoamericanos más
                      destacados. Incluso tuvo que renunciar a participar en
                      varias Olimpiadas y ni siquiera pudo tomar parte en el
                      torneo nacional de Reus 1936. Sin embargo, en ocasiones la
                      suerte le sonreía y podía acudir a la disputa de algún
                      torneo, tal como hizo en Hastings (1936). Esta
                      competición se desarrollaba durante las vacaciones de
                      Navidad y Rey Ardid fue invitado al torneo 'B', en el que
                      sería su primer torneo fuera de España. Su actuación
                      fue realmente destacada compartiendo el primer puesto con
                      otros 4 jugadores: Ver
                      tabla. Este resultado tiene
                      un gran mérito, ya que, como el mismo reconoció, apenas
                      se había podido preparar para esta prueba. 
                              
                      Del 16 de Abril al 5 de Mayo de 1936 Rey Ardid participó
                      en su segundo y último torneo fuera de España, en la que
                      tal vez fue la competición más importante en que tomó
                      parte: el torneo de Ostende. Como siempre, tuvo grandes
                      dificultades para organizar su vida laboral de tal modo
                      que le permitiese viajar a Bélgica. Finalmente pudo
                      confirmar su participación y viajó, junto a su esposa, a
                      una ciudad de gran tradición ajedrecística. En Ostende
                      se vio lastrado por su falta de preparación y no
                      consiguió finalizar en los puestos de cabeza, aunque su
                      actuación, logrando la mitad de los puntos en juego, no
                      puede catalogarse como un fracaso: Ver
                      tabla. 
                              
                        
                              
                      El estallido de la Guerra Civil española, sólo unos
                      meses después de su participación en Ostende, paralizó
                      toda actividad en el país. Zaragoza fue sacudida con
                      fuerza por el conflicto, ya que el frente llegó a estar
                      en sus mismas puertas. Aún así, Rey Ardid se resistió a
                      que la guerra también quebrara los tableros de ajedrez y
                      dio alguna sesión de simultáneas durante el conflicto,
                      época de la que también se conserva alguna partida que
                      disputó de modo amistoso. 
                              
                      Tras la guerra, al ajedrez español le costó levantarse y
                      volver a caminar. Rey Ardid regresó a la competición en
                      1941 y lo hizo con gran éxito venciendo en los torneos de
                      Madrid
                      y Zaragoza sin perder una sola partida. Un año después,
                      retuvo su título de campeón nacional sin demasiados
                      problemas ante Juan Manuel Fuentes. Sin embargo, lo que no
                      es tan conocido es que Rey Ardid negoció, sólo unos
                      meses después de su triunfo ante Fuentes, la disputa de
                      un encuentro valedero para el Campeonato de España que le
                      enfrentaría al pujante Antonio Medina. Incluso se fijó
                      fecha y lugar: Junio y Sitges. La noticia causó una gran
                      sorpresa y levantó mucha expectación. Sin embargo, el
                      mundo del ajedrez nunca llegaría a ver este interesante
                      duelo, ya que la FEDA nunca dio su respaldo a esta
                      iniciativa y finalmente impuso su poder para cancelarlo. 
                              
                      Como ya hemos visto, Rey Ardid perdió su corona en 1943
                      ante José Sanz en una encarnizada lucha que se decidió
                      en la última partida. Antes, durante y después del match
                      Rey Ardid se mostró muy molesto con la Federación
                      española, ya que había sido obligado a poner en juego su
                      título 11 meses después de su match contra Fuentes,
                      cuando se había estipulado que debía hacerlo 2 años
                      después del mismo. Rey Ardid solicitó que se jugase un
                      match de revancha ante Sanz y el campeón, a través de
                      una carta publicada en el diario Sol, mostró su
                      conformidad. Incluso se llegó a fijar la duración del
                      mismo en 10 partidas, aunque fue la propia Federación
                      española de ajedrez la que frenó en seco la iniciativa y
                      prohibió la organización del match. Ante esta
                      situación, un encolerizado Rey Ardid decidió darse de
                      baja en la Federación, motivo por el cual fue sancionado
                      por un año. Una vez transcurrido el año de sanción, Rey
                      Ardid fue invitado al torneo de candidatos que dirimiría
                      el nombre del aspirante al título nacional, aunque se
                      negó a acudir. Rey Ardid contaría esta historia en una
                      entrevista casi 30 años después, el paso del tiempo no
                      había cicatrizado las heridas y seguía estando molesto,
                      sobre todo con el presidente de la FEDA de aquel tiempo al
                      que se refirió con acritud: "no recuerdo su
                      nombre, creo que era un marqués".... su nombre
                      era Raúl de Ory y Barat, marqués de Monte Corto. 
                        
                              
                      Como es bien conocido, Alexander Alekhine, campeón del
                      mundo de la época, residió
                      en España en 1944. Alekhine pasó varias
                      temporadas en Zaragoza durante aquel año y se reunió con
                      Rey Ardid a menudo, con el que disputó multitud de
                      partidas amistosas de media hora, unas 300 según el
                      Doctor Rey, de las cuales no ha quedado sino el recuerdo.
                      Ambos maestros también disputaron un match serio a 4
                      partidas, en el que Alekhine ganó de forma apurada por
                      2'5-1'5 (+1 =3). 
                              
                      Una vez cumplida su sanción, Rey Ardid, todavía molesto
                      por lo que consideraba una injusticia, volvió a la arena
                      ajedrecística en el torneo Duque de Alba (1946), reto que
                      le atrajo irremediablemente ya que tendría la oportunidad
                      de enfrentarse a los jugadores más importantes del país
                      (Pomar, Medina, Golmayo y Sanz) en el Palacio del Duque de
                      Alba en Madrid. Rey Ardid mostró un juego superior y
                      obtuvo el triunfo con comodidad tras vencer en todas sus
                      partidas salvo las tablas que logró ante Golmayo: Ver
                      tabla. Fue un triunfo inesperado debido la
                      inactividad del Doctor que, con modestia, justificó en la
                      buena gestión que hizo del tiempo en cada una de sus
                      partidas. En 1947 participó en el II Torneo Duque de
                      Alba, competición organizada en Zaragoza como homenaje al
                      torneo jugado en Madrid. Rey Ardid, que estuvo en cabeza
                      todo el torneo, se vio sorprendido en la penúltima ronda
                      por Armando Fernández Serrano (que sería el vencedor
                      final) y cayó derrotado en un brillante final, quedando
                      relegado a la segunda posición: Ver
                      tabla.  Pero esto sólo
                      fue una despedida. Desencantado, decidió retirarse del
                      ajedrez, aunque todavía tuvo una última aparición en un
                      match amistoso que le enfrentó al joven talento Miquel
                      Albareda: su falta de entrenamiento le pasó factura y fue
                      claramente derrotado por 4'5-1'5 (-3 =3). Rey Ardid
                      cumplió su palabra y abandonó el ajedrez durante 27
                      años. 
                        
                      Pomar vs
                      Rey Ardid (1946), observan el Duque y la Duquesa de Alba 
                              
                      En 1945 Rey
                      Ardid había sido nombrado director del Sanatorio
                      psiquiátrico Nuestra Señora del Pilar y, una vez
                      retirado del tablero, se consagró a su trabajo y a su
                      familia. Muchos años más tarde, en 1966, fue
                      catedrático en la Facultad de Medicina de Zaragoza. En el
                      campo de la Medicina también logró destacar, haciendo
                      que su nombre fuese conocido y reconocido, llegando a ser
                      nombrado
                      académico de la Real Academia de Medicina...
                      tras estos nuevos logros se escondía mucho trabajo:
                      ponencias, conferencias, publicaciones en revistas (más
                      de 100 en total) y libros escritos en un caudal de horas
                      dedicadas a su profesión. Incluso fue el creador de un
                      método para la terapia de la esquizofrenia: el bombeo
                      espinal, que levantó expectación incluso fuera de
                      España, llegando a dar conferencias sobre el tema en
                      Austria y Alemania, Y entre tanta actividad, aún tuvo
                      tiempo para el ajedrez, aunque de un modo más relajado
                      disputando partidas de forma amistosa. En esos años de
                      retiro llegó a participar en algún torneo menor, siempre
                      en su querida Zaragoza y siempre por no decepcionar a
                      quiénes le habían invitado: por ejemplo, venció en la
                      Copa de Zaragoza de 1956 (ver
                      tabla) y en el torneo de
                      Zaragoza de 1958. 
                              
                      Eso sí, el ajedrez le llamaba constantemente, del tablero
                      siempre terminaban llegando cantos de sirena que le
                      tentaban, tal como ocurrió cuando realizó un viaje a
                      Innsbruck (Austria) con motivo de un congreso de
                      psiquiatría al que había sido invitado en 1951. Allí
                      realizó varias ponencias... y accedió a disputar un
                      pequeño torneo de ajedrez del que no se conserva casi
                      ningún dato, sólo una partida jugada por Rey Ardid
                      contra Hans Müller y otra entre Egger y Raffay. 
                              
                      En 1973, tras toda una vida de trabajo, le llegó el dulce
                      momento de la jubilación. Disponiendo de tiempo libre
                      prácticamente por primera vez en su vida, decidió
                      retomar su pasión dormida por el ajedrez. Tras prepararse
                      durante unos meses, decidió volver a competir en torneos,
                      parte de la historia que podéis conocer en el siguiente
                      enlace (con la idea de no alargar en demasía la parte
                      principal del artículo): 
                      
                              
                      Rey
                      Ardid estuvo jugando torneos hasta su fallecimiento, el
                      cual se produjo en Enero de 1988. Con su desaparición,
                      Rey Ardid dejó un vacío difícil de llenar, tanto por
                      sus distintos aportes al ajedrez como por su
                      caballerosidad con todo aquel con el que trababa
                      relación. Todos los testimonios que existen sobre él nos
                      hablan de una persona amable, muy culta, con extensos
                      conocimientos fuera del ajedrez y de buen corazón, capaz
                      de atender en su consulta a enfermos mentales sin recursos
                      y no cobrarles nada, o tener el detalle de enviar dinero a
                      alguno de sus rivales para que compraran algo a sus hijos
                      por Navidad. También solía escribir cartas a sus rivales
                      para felicitarles cuando éstos lograban un buen resultado
                      y animarles a seguir por ese camino. 
                              
                      En el
                      tablero siempre mantuvo una curiosa dualidad,
                      debatiéndose entre el ajedrez posicional, estilo que su
                      mente metódica le recomendaba, y el ajedrez táctico,
                      estilo que admiraba. En su trabajo se vio obligado a ser
                      cuidadoso y hermético, siempre conduciéndose entre unos
                      raíles que no le permitían salirse de una ruta marcada,
                      sin tiempo para la improvisación, aspecto que le dio un
                      punto de prudencia a su estilo en el tablero. Pero en el
                      ajedrez encontró algo más: la posibilidad de crear, de
                      liberar al artista que llevaba dentro. Por este motivo,
                      nunca rehuyó el combate en posiciones complicadas,
                      buscando destellos y combinaciones brillantes siempre que
                      la situación se lo permitía. Fue un gran teórico y
                      estudioso del ajedrez, además de un excepcional
                      finalista. Como muchos jugadores de aquella época,
                      sentía admiración por los maestros clásicos y entendía
                      a la perfección su responsabilidad con la parte
                      artística del juego.... y es que Rey Ardid siempre
                      comprendió la grandeza del deporte que practicaba: "El
                      ajedrez... nunca está del todo al alcance de la mano...
                      ese algo que no llegamos a dominar es donde reside su
                      mayor encanto: siempre va un poco más allá en su
                      dificultad de lo que la capacidad humana puede
                      alcanzar".
                      
                       
                        
                      Rey Ardid
                      vs Alexander Alekhine (1944) 
                              
                      Su
                      aportación a la literatura ajedrecista fue amplia, lo
                      cual no nos debe sorprender debido a su facilidad para la
                      escritura y a un estilo que conectaba rápidamente con el
                      lector. Entre sus obras más conocidas se encuentran: 'Los
                      principios del ajedrez', 'Cien partidas de ajedrez', 'Cien
                      nuevas partidas de ajedrez', 'Aperturas abiertas' y
                      'Tratado de finales' (que consta de 5 volúmenes). Además,
                      hizo su aportación a la teoría de aperturas con una
                      variante del gambito de dama declinado, que lleva su
                      nombre: 1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 c5 4.cxd5 exd5 5.Cf3 Cc6
                      6.g3 c4 7.e4. 
                              
                      También
                      fue un apasionado de la composición de finales y estudios
                      artísticos, logrando varios premios por sus
                      composiciones. Además, trató de apoyar esta disciplina,
                      que en España estaba poco desarrollada, desde su columna
                      de La Vanguardia, en la que solía publicar problemas con
                      asiduidad o trataba noticias relacionadas (como la
                      creación de la SEPA (Sociedad Española de Problemistas
                      de Ajedrez), a la que dio gran difusión). A continuación
                      podéis descargar una selección de sus problemas
                      (cortesía del siempre amable Joaquim Travesset), una base
                      con sus partidas (tal vez la más amplia que existe en
                      internet) y podéis consultar su palmarés: 
                      
                        
                          
                            
                              
                                
                                  
                                    | 
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                                      problemas de Rey Ardid  | 
                                    
                                        
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                                       269
                                      partidas de Rey Ardid  | 
                                    
                                        
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                                    | 
                                       Palmarés
                                      de Rey Ardid  | 
                                    
                                        
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                             | 
                           
                         
                       
                              
                      La
                      importancia de Rey Ardid ha trascendido al paso del
                      tiempo: en 1994 se creó la Fundación Rey Ardid,
                      destinada al tratamiento de enfermedades mentales. Su
                      pasado ajedrecístico ha sido recordado en la Fundación,
                      que entrega los premios "Peón" en los que se
                      reconoce la labor de organizaciones o empresas volcadas en
                      la integración de personas con enfermedades mentales. 
                              
                      Dentro
                      del mundo del ajedrez también tuvo varios
                      reconocimientos. Tal vez el más célebre fue la
                      organización de un torneo en su memoria, que se disputó
                      desde 1989 en Zaragoza (realmente se trataba del antiguo
                      Open Ibercaja, que cambió su nombre para pasar a
                      denominarse Memorial Rey Ardid en recuerdo al jugador más
                      destacado de la ciudad: Ver
                      palmarés).
                      Aunque menos conocido, en los años 70 también se jugaba
                      un torneo por eliminatorias que llevaba su nombre,
                      también en Zaragoza. Y su nombre también fue utilizado
                      para bautizar a varios clubes de ajedrez, entre los que
                      destacan la Peña Rey Ardid de Bilbao,; fundado en 1945,
                      que llegó a ser uno de los clubes más importantes de
                      España, o el Club Rey Ardid de Almería, fundado en 1947,
                      que nombró al Dr. Rey presidente de honor. Otro
                      recóndito lugar en el que un club quiso homenajear al
                      campeón de España llevando su nombre fue Tetuán. 
                              
                      Esta
                      es la historia de un jugador diferente, aunque tal vez sea
                      la historia de una época diferente, tiempos donde el
                      poder del dinero todavía no lo había corrompido todo,
                      tiempos de caballeros que consideraban que no todo estaba
                      permitido para logran un fin... fin hacia el que nos
                      dirigimos dando los últimos pasos como siempre lo hacemos
                      en esta web: con unas partidas brillantes de un brillante
                      Doctor y un brillante ajedrecista: 
                      Javier
                      Cordero Fernández 
                      (25
                      Marzo 2017, varias veces actualizado) 
                        
                      
                        
                          
                            | 
                               Rey
                              Ardid - N. N.,  Gijón 1931 
                              Rey
                              Ardid - Karlin,  Zaragoza 1933 
                              Rey
                              Ardid - Karlin,  Barcelona 1933 
                              Estella
                              - Rey Ardid,  Zaragoza 1934
                               Rey
                              Ardid - Fuentes, Madrid 1942  | 
                            
                               (VER) 
                              (VER) 
                              (VER) 
                              (VER)
                               (VER)  | 
                           
                         
                       
                      "Si
                      un tablero tan pequeño no llega a dominarse, ¿cómo
                      llegaremos a dominar nada en
                      la vida?" - Ramón
                      Rey Ardid
                       
                        
                          
                            
                              
                                 
                                BIBLIOGRAFÍA 
                                "Los
                                campeones y los campeonatos de España".
                                Pablo Morán 
                                Hemerotecas:
                                ABC, La Vanguardia, Mundo Deportivo y
                                Pensamiento Alavés 
                                Varios
                                números de las revistas Jaque y Ajedrez canario 
                                Entrevista
                                en "Mundo Gráfico" - 07-01-1931 
                                 
                               | 
                             
                          
                         
                       
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