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                        Con este curioso reto se quiso probar el nivel de la
                        computadora Sargon, enfrentando al artilugio contra el
                        niño prodigio Nigel Short, que disputó la partida sin ver el
                        tablero. Los creadores de la computadora eligieron ese
                        nombre en honor del Rey
                        Sargon de Akkad, monarca arcadio que vivió en torno al
                        2300 a. C. y que fue el primer soberano que se lanzó a
                        la conquista del mundo
                        entero llegando a dominar una vasta extensión de
                        territorios en Asia. 
                          
                        Rey
                        Sargon de Akkad 
                                 
                        Esta computadora alcanzó gran fama al ser la vencedora
                        del primer torneo para   microprocesadores. Por este motivo se quiso probar su fuerza real midiéndola
                        al joven talento de 15 años, otrora niño prodigio,
                        Nigel Short. El jovenzuelo destrozó las ilusiones de
                        los programadores de Sargon al derrotar de forma
                        contundente al 'monstruito' de silicio, demostrando uno de
                        los principios elementales del ajedrez: si no te
                        desarrollas correctamente puedes perder la partida con
                        rapidez... las computadoras todavía tenían mucho que 'aprender', por el momento eran incapaces de ver el
                        peligro que se escondía detrás de un sacrificio de pieza y
                        estratégicamente eran muy pobres. 
                                  
                        Sargon fue derrotada de nuevo por un gran maestro en
                        1983, en esta ocasión fue el veterano Mikhail Botvinnik
                        (ex-campeón del mundo) el encargado de mostrar sus
                        carencias y recordar que el camino a recorrer todavía
                        era muy largo. 
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