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Sacando una victoria de la chistera

Dibujo de una chistera y una varita mágica

Almasi, Zoltan - Khalifman, Alexander

Ubeda 1997

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 Cf6 5.0–0 Ae7 6.Te1 b5 7.Ab3 0–0 8.c3 d5 9.exd5 Cxd5 10.Cxe5 Cxe5 11.Txe5 c6 12.d3 Ad6 13.Te1 Dh4 14.g3 Dh3 15.Te4 Dd7 16.Cd2 Ab7 17.Df1 c5 18.Te1 Rh8 19.a4 Cf4 20.Ce4 Ch3+ 21.Rh1 c4 22.dxc4 Cxf2+ 23.Dxf2 f5 24.Dd4 fxe4 25.Ae3 Dh3 26.Dxd6 Tf2 27.Axf2 e3+ 28.Dd5 Axd5+ 29.cxd5 exf2 30.Tf1 Tf8 31.axb5 Dg4 32.Rg2 Df3+ 33.Rh3 Tf5 34.Ta4 Th5+ 35.Th4 Txh4+ 36.Rxh4 De2 0–1

Después de 25.Ae3

 

          Hay partidas que se resuelven de una forma poco obvia, con ideas sorprendentes que demuestran la creatividad del ser humano. Bien es cierto que si pudiésemos escoger bando en la jugada 25, creo que nadie escogería las blancas. Los alfiles negros están mucho mejor posicionados que los blancos, apuntando peligrosamente al enroque. El alfil de b3 está bloqueado y el de e3 ejerce como pieza bloqueadora, idea de la época hipermoderna que sirve para detener un peón pasado (pero que siempre condena a dicha pieza a una posición pasiva). Khalifman optó por decidir la partida con dinamita, la cual sirvió para volar el obstáculo que detenía al peón y explotar la precaria situación del rey blanco a merced del alfil de b7... a veces el ajedrez parece sencillo, ¡pero que difícil es encontrar el camino correcto!

 

 

 

 

 

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