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 Mejores partidas

Kavalek puede presumir de haber jugado su mejor partida

Homer Simpson eufórico

Gufeld, Eduard - Kavalek, Lubomir

Marianske Lazne 1962

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 Ac5 4.c3 f5 5.d4 fxe4 6.Cg5 Ab6 7.d5 e3 8.Ce4 Dh4 9.Df3 Cf6 10.Cxf6+ gxf6 11.dxc6 exf2+ 12.Rd1 dxc6 13.Ae2 Ae6 14.Dh5+ Dxh5 15.Axh5+ Re7 16.b3 Ad5 17.Aa3+ Re6 18.Ag4+ f5 19.Ah3 Thg8 20.Cd2 Axg2 21.Axg2 Txg2 22.Tf1 Td8 23.Re2 Txd2+ 24.Rxd2 e4 25.Af8 f4 26.b4 Tg5 27.Ac5 Txc5 28.bxc5 Axc5 29.Tab1 f3 30.Tb4 Rf5 31.Td4 Axd4 32.cxd4 Rf4 0–1

         

Después de 7.d5                          Después de 23.Re2                          Después de 27.Ac5

 

Lubomir Kavalek

             Cuando a Gufeld le preguntaban si aun pensaba jugar su mejor partida, siempre respondía que no, que ya la había jugado. Era entonces cuando mostraba orgulloso su partida contra Bagirov, la Mona Lisa del ajedrez. Creo que Lubomir Kavalek también podría presumir de la partida que pueden observar encima de estas líneas, que curiosamente fue jugada contra Gufeld y en la que mostró al mundo todo su talento para el ajedrez táctico.

             Kavalek decidió que sus peones se podían volver más poderosos que el resto de las piezas. Las negras se quedaron sólo con un alfil contra dos torres, pero los 3 peones pasados se convirtieron en una avalancha imparable. Una lección sobre la importancia de los peones en el ajedrez, las piezas más débiles, pero que se pueden convertir en decisivas al transformarse en lo que deseemos.

 

 

 

 

 

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