| 
                                    
                        Dortmund es año tras año, e invariablemente, el torneo
                        más soporífero de la temporada. Parece increíble que
                        siempre ocurra lo mismo, aunque si uno mira la nómina
                        de participantes de cada edición no se puede llegar a
                        sorprender. Lo de este año esta siendo bochornoso,
                        tablas en 20 jugadas en las que no se lucha nada de
                        nada, con jugadores que dejan pasar las jugadas, en
                        posiciones anodinas, esperando el momento oportuno para
                        firmar el empate. Uno siente vergüenza ajena al ver
                        como unos deportistas carecen por completo de espíritu
                        competitivo y se dedican a pasearse por los torneos
                        ofendiendo con su juego a los aficionados... así es
                        imposible que el ajedrez se convierta en un deporte de
                        masas. 
                                    
                        La partida más interesante ha sido de Kramnik, algo que
                        es una sorpresa de dimensiones titánicas, porque el
                        resto de sus partidas son para echarse a llorar. Me
                        inclino porque Kramnik tenía una cuenta pendiente con
                        Naiditsch, que le derrotó en este mismo torneo el año
                        pasado lo que le relegó a una bochornosa penúltima
                        posición. Esta partida es realmente bonita, con
                        entregas de piezas por doquier, en las últimas 10
                        jugadas hay alguna pieza de Kramnik sacrificada, aunque
                        Naiditsch no tomase ninguna de ellas. El ataque contra
                        el enroque es demoledor, me cuesta recordar tantas
                        piezas enemigas rodeando a un rey como las que hay en la
                        posición final. Esto nos demuestra que Kramnik tiene
                        talento para jugar al ajedrez, pero desde hace muchos años
                        tiene una absoluta falta de actitud y parece despreciar
                        todo lo que el ajedrez representa. Me he decidido a
                        incluir esta partida en 'Ajedrez de ataque' en parte
                        porque tiene un ataque demoledor y también para tener
                        la oportunidad de poder dar mi opinión negativa sobre
                        este torneo. 
                                    
                        Poco podemos esperar de Kramnik, salvo partidas esporádicas
                        (casi de año en año). Aun recuerdo una de sus partidas
                        en Dortmund donde se dedicó a ofrecer tablas desde la
                        jugada 3 y en repetidas ocasiones, ante la mirada de
                        estupefacción de su rival. También fue gloriosa la
                        edición de Dortmund de 2004, un torneo a doble vuelta
                        entre 4 jugadores en el que todas las partidas
                        finalizaron en tablas. Que daño hace al ajedrez este
                        torneo y cierto tipo de jugadores.  |