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Johannes Zukertort, el legado de Anderssen

Retrato de Zukertort

( Autor : Javier Cordero Fernández - © Ajedrez de ataque )

          Johannes Hermann Zukertort nació el 7 de Septiembre de 1842, en Lublin (Polonia). Falleció el 20 de Junio de 1888, en Londres (Inglaterra).

          Hijo de padre alemán y madre polaca, la familia al completo emigró a Alemania, en concreto a la ciudad de Breslau. Este dato, en apariencia irrelevante, fue muy importante en la vida de Zukertort, ya que allí tuvo la oportunidad de conocer al emblema del ajedrez romántico: Adolf Anderssen. Pero no adelantemos acontecimientos y conozcamos el comienzo de la leyenda de un personaje polifacético... al menos en apariencia. Zukertort fue un estudiante brillante y prolífico, ya que obtuvo la licenciatura de química en Heidelberg y la de psicología en Berlín, doctorándose en medicina en la Universidad de Breslau en 1865. 

          Su formación académica sólo puede calificarse como sensacional, pero a su vez causa sorpresa y extrañeza... por lo que ha llegado el momento de conocer un importante aspecto que pondrá en cuarentena todo lo que aquí escriba: los datos que se conocen sobre Zukertort no han podido ser contrastados por ningún historiador, ya que fueron suministrados por el propio Zukertort y por tanto la mayoría de ellos no se pueden confirmar. Por tanto, en este artículo realidad y leyenda se van a entremezclar y confundir sin remedio, ya que no es posible saber si Zukertort exageraba o simplemente tenía una mente brillante y única. El lector tendrá que seguir su instinto y decidir a qué aspectos da crédito.

          Tras licenciarse en medicina, comenzó a ejercer como médico en el ejército prusiano durante las guerras contra Dinamarca, Austria y Francia, siendo condecorado por su valentía y servicios prestados. Su historia estuvo cerca de llegar a su fin en este punto, ya que tras una batalla fue abandonado en el escenario de la contienda dado por muerto.

          Su facilidad para los estudios tiene su origen en una memoria prodigiosa, a la que dio buen uso durante su carrera en el tablero. Hablaba 11 idiomas: alemán, inglés, francés, italiano (lo aprendió para leer "La divina comedia"), ruso, español (para leer "El Quijote"), griego, hebreo, turco, árabe y sánscrito (para interpretar los textos del Brahman hindú Radakhant). Además, Zukertort decía ser capaz de recordar todas las partidas de ajedrez que había disputado en su vida.

           Pero Zukertort, personaje versátil donde los haya, también probó suerte en otras disciplinas. Fue un habilidoso violinista y destacó en otros deportes, como la esgrima y el tiro con pistola, en los que recibió varios premios. Zukertort también se acercó al mundo de las letras: fue editor de un periódico político, crítico musical y trabajó en la redacción del Allgemeine Zeitung de Bismarck.

          Y entre tanta actividad aun le quedó tiempo para ser uno de los maestros de ajedrez más fuertes del mundo. Zukertort no fue un niño prodigio, ya que aprendió a jugar al ajedrez a la tardía edad de 18 años. Pero el azar de los destinos le llevó hasta Bresalu, donde, como ya sabemos, conoció a Anderssen. Zukertort mostró un gran talento desde sus inicios y Anderssen se fijó en él, tomándole como su discípulo. El genio creador de 'La inmortal' y 'La siempreviva' supo inculcar su espíritu romántico a Zukertort, que siempre se mostró cómodo en el juego abierto y combinativo. Profesor y alumno disputaron una gran cantidad de partidas amistosas, gracias a las cuales el joven Johannes pudo aprender con rapidez. Al principio los resultados de esos encuentros fueron desfavorables para Zukertort, pero con el paso de los meses el aprendiz fue mejorando hasta conseguir igualar el tanteo con su profesor. Ningún aficionado al ajedrez debe dejar de reproducir estas partidas, encierran un constante intercambio de golpes tácticos, posiciones llenas de riesgo y ajedrez lleno de intensidad.

          Tras este largo e intenso aprendizaje, Zukertort decidió probar suerte en los torneos internacionales, en los que fue aceptado debido a la victoria que logró sobre Andersen en 1871, con un resultado de 5-2. Sus actuaciones fueron moderadamente exitosas, aunque varias de sus partidas llamaron poderosamente la atención entre los expertos. En esta primera etapa Zukertort no logró logró el primer puesto en ningún torneo, aunque su juego vistoso le reportó una gran fama. Por aquel entonces no existía el campeonato del mundo como tal, aunque Steinitz era considerado el jugador más fuerte del planeta y cada vez que jugaba un match se consideraba que ponía en juego esa condición. En 1872 Zukertort decidió retar a Steinitz y el austriaco, que no solía amilanarse ante nadie, aceptó el desafío. Zukertort demostró no estar suficientemente preparado para afrontar un match tan largo y fue derrotado con claridad por Steinitz, que mantuvo su honor a salvo al vencer por un claro 9-3 (con una sola victoria del aspirante). No existe ninguna duda sobre si este match se puede considerar una lucha por el Campeonato del mundo, ya que su exigua bolsa de premios (20 libras para el vencedor y 10 para el perdedor) excluye esta posibilidad.

          Zukertort asimiló el golpe y decidió trabajar duro para que algo así no volviese a ocurrir. Por este motivo decidió permanecer en Londres y empezó a jugar bajo bandera inglesa. Comenzó entonces un tramo ascendente en su juego, mejorando sus resultados y logrando sus primeros triunfos en torneos. Muy destacable, y demostrativo de su fortísimo nivel, fue su victoria en París 1878. Además, logró la victoria en todos los encuentros individuales que disputó, destacando sus triunfos ante Owen, Rosenthal y Blackburne. Zukertort ansiaba llegar a lo más alto y la única forma de lograrlo era derrotando a Steinitz, algo por lo que lograría el reconocimiento de todo el mundo del ajedrez... reconocimiento que consiguió en 1883, pero no por derrotar a Steinitz en un match:

Su momento cumbre: Londres 1883

Vista de Londres en el siglo XIX, con la catedral de Saint Paul

          En 1883 se organizó un torneo realmente curioso en una de las ciudades con mejor ambiente ajedrecístico de la época: Londres. El torneo contó con el patrocinio del Marajá de la región de Vizayanaragam, por lo que fue bautizado con el pintoresco nombre de dicha región. La bolsa de premios fue poco menos que excelente: 1100 libras, cantidad muy alta para la época, que atrajo a los mejores maestros de Europa. El formato escogido fue tan curioso como su patrocinador, ya que se decidió que no se tendrían en cuenta las partidas finalizadas en tablas. Cuando se diese un empate se estipuló que se debería repetir la partida hasta llegar a un resultado distinto a las tablas, pero sólo hasta un máximo de 3, si se superaba ese número la partida se contabilizaba como empate. Se buscaba premiar la combatividad, pero la medida amenazaba con aumentar la duración del torneo hasta lo insoportable, como así ocurrió.

          La actuación de Zukertort en Londres sólo se puede catalogar como hazaña, sin duda una de las más sobresalientes de la historia del ajedrez. Zukertort logró 22 puntos en las 23 primeras rondas, sumando su única derrota ante Steinitz, lo que le sirvió para apuntarse la victoria de forma matemática dos semanas antes de finalizar el torneo. Sin embargo, Zukertort no pudo redondear su excepcional actuación, su salud se resintió por el esfuerzo y tuvo que finalizar el torneo medicado y tomando estimulantes para poder resistir la dureza de las partidas. Como es lógico, perdió las 3 partidas que disputó en estas condiciones, por lo que su actuación quedó algo ensombrecida. Tabla del torneo.

La lucha por el cetro mundial

          Tras su participación en Londres, con las graves secuelas que tuvo para su salud, los médicos le recomendaron que abandonase el mundo del ajedrez, actividad que consumía sus fuerzas en exceso. Zukertort, obsesionado con derrotar a Steinitz, desoyó las recomendaciones de sus médicos y siguió participando en torneos... lo que le costaría algo más que su salud.

          Empezó entonces una lucha de egos entre Zukertort y Steinitz. Nadie dudaba que ellos eran los jugadores más fuertes de Europa, lo que dio pie a una discusión que pretendía dirimir quien era el legítimo campeón del mundo. Zukertort se había autoproclamado campeón del mundo por su triunfo en Londres y Steinitz defendía su candidatura alegando sus repetidos triunfos en matches durante la década de los 70 (como los logrados ante Bird, Blackburne o el propio Zukertort). Una disputa de esta clase sólo se podía resolver en el tablero y así ocurrió cuando el invierno de 1886 llegaba a su fin.

         El duelo se disputó en Estados Unidos, en las ciudades de Saint Louis y New Orleans. Zukertort empezó el encuentro como un vendaval, logrando el triunfo en 4 de las 5 primeras partidas. Pero justo en ese momento, cuando todo parecía más favorable, entró en juego una característica muy acusada de su personalidad: los nervios. Steinitz logró vencer en la sexta partida en una posición que parecía destinada a las tablas, lo que supuso un duro golpe para Johhanes, que se derrumbó a pesar de seguir dominando el marcador. Tras esa partida Zukertort dio muestras de una pérdida total de confianza, que se transformó en varias derrotas sorprendentes que precipitaron su caída, para terminar siendo arrollado por el temperamental e infalible Steinitz.  El resultado final del match fue 12'5-7'5 (con 5 victorias para Zukertort, 10 para Steinitz y 5 tablas). Steinitz había logrado escribir su nombre con letras de oro en el gran libro de la historia del ajedrez, proclamándose vencedor indiscutible del primer Campeonato del mundo oficial. (Ver tabla)

Dibujo de Zukertort enfrentándose a Steinitz

El gran duelo que le costó la salud a Zukertort

          Tras esta dolorosa derrota, Zukertort regresó a Londres totalmente extenuado por el esfuerzo, con el rostro demacrado y enfermo. Con su salud seriamente deteriorada y el estado anímico por los suelos, su juego se resintió y sus resultados en torneos empeoraron de forma dramática. El golpe de gracia se lo asestó Joseph Henry Blackburne al derrotarle con claridad en un match amistoso (con un resultado de 9-5). Esto fue demasiado para la frágil moral de nuestro protagonista, que optó por retirarse del ajedrez de competición. Zukertort había demostrado un talento al nivel de los más grandes, sin embargo, su fuerza mental no estuvo a la altura de su brillantez, lo que le impidió triunfar en un mundo tan exigente como el del ajedrez del siglo XIX.

          Zukertort nunca llegó a recuperarse físicamente, su salud estaba demasiado deteriorada y sufría dolores constantes que combatía abusando del opio. En estas circunstancia su luz se fue apagando poco a poco, hasta que se extinguió del todo el 20 de Junio de 1888, día en que falleció de un derrame cerebral tras disputar una partida de ajedrez amistosa en el Simpson's Divan.

          Hasta su derrota con Steinitz su peor posición en un torneo fue un cuarto lugar, ganando o siendo segundo en la mayoría de ellos, lo que supone la demostración de que estamos ante uno de los pilares del ajedrez del Siglo XIX, algo por lo que Zukertort lucho y finalmente consiguió. Podéis ver sus resultados en todos los torneos en que participó en el siguiente enlace (Ver Palmarés). Además, Zukertort, como otros jugadores de la época, mostró una gran habilidad para el ajedrez a la ciega, llegando a dar numerosas simultáneas en esta especialidad. Incluso batió el record vigente de partidas simultáneas en 1876, al jugar ante 16 rivales a la vez (venciendo en 11, empatando en 4 y sumando una sola derrota).

          Su estilo de juego no deslució en absoluto en una época donde primaba la creación de obras de arte por encima del resultado. Zukertort supo ser brillante y crear belleza cuando lo creyó necesario, demostrando ser un digno alumno de Anderssen. Aunque algunos de los logros de su vida, sobre todo los atribuidos a su juventud, están bajo sospecha, nadie le podrá arrebatar lo que consiguió en un tablero de ajedrez.

          Su aportación al ajedrez no se limitó exclusivamente a la competición, escribió varios libros y editó revistas de ajedrez como "The chess Monthly" o "Neue Berliner Schachzeitung", que fundó en colaboración con su maestro, Adolf Anderssen. Además, creó una apertura que lleva su nombre (1.d4 d5 2.Cf3 Cf6 3.e3 e6 4.Ad3 c5 5.b3) y que gozó de gran fama, incluso se sigue utilizando en la actualidad.

          Sus estadísticas en partidas oficiales son: 241 victorias, 67 tablas y 106 derrotas; con un promedio de 66'3% (el promedio se saca de sumar victorias y tablas, y dividirlo por las partidas totales).

          Cerremos esta historia, donde la realidad y la ficción se mezclan de forma irreversible, con unas partidas en las que Zukertort demostró ser el alumno más aventajado de Anderssen: 

Javier Cordero Fernández

(14 Diciembre 2005)

Zukertort - Knorre,  Breslau  1866

Zukertort - Anderssen,  Breslau  1865 

Zukertort - Berry,  Montreal  1884

Zukertort - Munk,  Berlín  1870

Zukertort - Rosenthal,  Londres  1880

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BIBLIOGRAFÍA

"La edad de oro del ajedrez" - Juan Fernández Rua

"Ajedrez a la ciega" - Benito López Esnaola

"Enciclopedia del ajedrez" - Harry Golombek

"Larousse del ajedrez"


 

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