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Belleza gracias a un golpe de mar

Dibujo de un barco a vapor

Chigorin, Mikhail - Yakubovich

Correspondencia 1879

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Ac5 4.b4 Axb4 5.c3 Ac5 6.0–0 d6 7.d4 exd4 8.cxd4 Ab6 9.Cc3 Ca5 10.Ag5 f6 11.Ah4 Cxc4 12.Da4+ Dd7 13.Dxc4 Df7 14.Cd5 Ch6 15.Tad1 Ag4 16.Dc1 Axf3 17.gxf3 0–0 18.Rh1 Dh5 19.Df4 Rh8 20.Cxf6 Df7 21.e5 dxe5 22.dxe5 Cg8 23.Tg1 gxf6 24.Txg8+ Txg8 25.Axf6+ Tg7 26.Tg1 Tag8 27.Dh6 Ac5 28.e6 Df8 29.f4 Ae7 30.Aa1 b5 31.f3 c5 32.f5 b4 33.Tg3 c4 34.Dxh7+ 1–0

     

Después de 19...Rh8                  Después de 33...c4  

Partida enviada por el lector Juan Manuel Gamba (Argentina)

 

           La leyenda cuenta que esta apertura fue creada gracias a un golpe de mar que movió el peón a la casilla b4, William Davies Evans se quedó mirando el tablero y decidió que ese era un gran movimiento por lo que no quiso rectificarlo. Supuestamente así nació una de las aperturas más famosas del ajedrez, aunque sea una historia difícil de creer lo cierto es que Evans, con su creación, contribuyó al nacimiento de decenas brillantes partidas, sobre todo en la época romántica.

           Si existe un jugador al que se puede considerar un virtuoso de esta apertura ese es, sin duda, Mikhail Chigorin. Nadie como el ruso sabía aprovechar las ventajas de espacio del Gambito Evans, esta partida es un perfecto ejemplo de ello, las piezas de Chigorin están coordinadas y son mucho más activas que las de su rival... ingredientes de calidad para poder lanzarse al ataque.

 

 

 

 

 

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