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Creando belleza sin ver y con el arma de la imaginación

Hombre con los ojos vendados de cuya cabeza surgen destellos de varios colores. El fondo de la foto es gris

Morphy, Paul Charles - N. N.

New Orleans 1858

1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ac4 Cf6 4.d4 exd4 5.Cg5 d5 6.exd5 Cxd5 7.0–0 Ae7 8.Cxf7 Rxf7 9.Df3+ Re6 10.Cc3 dxc3 11.Te1+ Ce5 12.Af4 Af6 13.Axe5 Axe5 14.Txe5+ Rxe5 15.Te1+ Rd4 16.Axd5 Te8 17.Dd3+ Rc5 18.b4+ Rxb4 19.Dd4+ Ra5 20.Dxc3+ Ra4 21.Db3+ Ra5 22.Da3+ Rb6 23.Tb1++ 1–0

 

           

Después de 7...Ae7                 Después de 9...Re6                 Después de 13...Axe5

 

          La capacidad para jugar a la ciega de Paul Charles Morphy era enorme. Amparado en su gran talento, Morphy jugaba sin ninguna dificultad sin ver el tablero, de tal modo que cuesta diferenciar sus partidas normales de sus partidas a la ciega. Batió los récords de las simultáneas de la época, que por aquel entonces no eran muy altos, por lo que nos queda la duda de cual era su techo en cuanto a número de partidas disputadas a la vez. 

Retrato de Paul Morphy sentado.

          No es sencillo encontrar persecuciones al rey en partidas a la ciega, ya que suelen ser posiciones complicadas que requieren mucho cálculo, algo realmente complicado si estás jugando sin ver. La primera entrega de pieza, que sirve para extraer al rey, es puramente teórica. De hecho existen muchas partidas jugadas en esta variante, muy arriesgada para las negras. Las siguientes jugadas son muy típicas de Morphy, dominando hábilmente los espacios abiertos que hay en el tablero, combinando siempre en el momento más oportuno para no dar un respiro al rey negro.

          La figura de Paul Morphy resulta fascinante. Y lo es por la hazaña que realizó al vencer a todos los rivales que se cruzaron en su camino durante su corta aventura en Europa, por su talento precoz y por su temprana retirada (que añadió más lustre a su leyenda). Sus problemas mentales enturbiaron el final de su vida, mostrando a una persona incapaz de caminar al mismo paso al que lo hacía la sociedad, llegando a repudiar el ajedrez ante el rechazo que mostraban ante este deporte las 'personas respetables' de la alta sociedad de Louissiana, que lo consideraban una ocupación poco seria.

 

 

 

 

 

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