Wijk aan Zee 1995

1.d4 e6 2.Cf3 d5 3.c4 Cf6 4.Cc3 c6 5.e3 Cbd7 6.Dc2 b6 7.Ae2 Ab7 8.0–0 Ae7 9.Td1 0–0 10.e4 dxe4 11.Cxe4 Dc7 12.Cc3 c5 13.d5 exd5 14.cxd5 a6 15.Ch4 g6 16.Ah6 Tfe8 17.Dd2 Ad6 18.g3 b5 19.Af3 b4 20.Ce2 Ce4 21.Dc2 Cdf6 22.Cg2 Dd7 23.Ce3 Tad8 24.Ag2 Cxf2 25.Rxf2 Txe3 26.Axe3 Cg4+ 27.Rf3 Cxh2+ 28.Rf2 Cg4+ 29.Rf3 De6 30.Af4 Te8 31.Dc4 De3+ 32.Axe3 Txe3+ 33.Rxg4 Ac8+ 34.Rg5 h6+ 35.Rxh6 Te5 0–1

Después de 24.Ag2                        Después de 31.Dc4

         Hay partidas que nos recuerdan enormemente al juego de la época clásica y que nos sumen en un ambiente nostálgico, de añoranza. Las jugadas de Zvjaginsev nos transportan a las persecuciones al rey enemigo, tras haber sacrificado prácticamente todo, de antaño, dando a esta partida cierto aroma a inmortal. Tal vez no es una partida lo suficientemente conocida porque no fue disputada por dos jugadores de la élite, pero esas jugadas a manos de Kasparov o Carlsen hubiesen acaparado todas las portadas.

         Zvjaginsev jugó aquí su mejor partida, poniendo el listón muy alto para tratar de superarse en un futuro. Hoy en día ambos jugadores siguen en activo, Roberto Cifuentes es un GM asiduo a los Open españoles, mientras Zvjaginsev sigue dando muestras de su agudo estilo de juego.

         La posición antes del comienzo de las hostilidades no parecía augurar las emociones tan fuertes que se vivirían después. El jugador ruso se sacó de la chistera un ataque increíble, en el que fue entregando piezas constantemente para ir conduciendo al rey, poco a poco, hacia su propio enroque. Nada pudo hacer el nutrido ejército blanco, que optó por rendirse al ver que su monarca iba a ser ajusticiado al pie de las murallas del 'castillo' enemigo. Sin duda, una de las joyas del ajedrez moderno, que debe guardarse en un cofre para sacarla de vez en cuando y disfrutarla con calma y delectación.