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 Mejores partidas

Cascada de sacrificios

Cascada de agua

Krejcik, Josef Emil - Krobot, Konrad

Año 1908

1.e4 e5 2.d4 exd4 3.Dxd4 Cc6 4.De3 g6 5.Ad2 Ag7 6.Cc3 Cge7 7.0–0–0 0–0 8.f4 a6 9.Cf3 f5 10.Ac4+ Rh8 11.Cg5 De8 12.exf5 Txf5 13.g4 Tf8 14.Dh3 h6 15.Thg1 b5 16.Cxb5 axb5 17.Ac3 h5 18.Td6 cxd6 19.gxh5 gxh5 20.Axg7+ Rxg7 21.Cf7+ Cg6 22.Txg6+ Rxg6 23.f5+ Rf6 24.Dh4+ Rxf5 25.Dg5+ Re4 26.Cxd6+ Rd4 27.c3++ 1–0

 

         

Después de 15...b5                  Después de 17...h5                  Después de 21...Cg6

            Una partida de ajedrez puede discurrir por una infinidad de caminos, incluso las partidas tácticas se pueden dividir en diferentes tipos. Ésta en concreto se puede clasificar dentro de los ataques contra el enroque sin contemplaciones. Las negras han tratado de organizar su defensa como buenamente han podido, pero los enroques opuestos y la excepcional situación de las piezas blancas precipitaron el bello desenlace que se vivió Viena, una de las grandes Mecas del ajedrez.

            La partida finaliza con una larga excursión del rey negro que recibe el mate más humillante: el dado por un peón... una partida digna de los tiempos románticos. Una pena que no se recuerde a Krejcik por partidas como ésta y sí por su calamitosa actuación en unas simultáneas a 25 tableros donde perdió todas las partidas.

            La producción de bellas partidas de Krejcik no se limita a esta creación, muchas otras partidas brillantes llevaron su firma a pesar de haber sido un jugador amateur que apenas abandonó su país (Austria) para la disputa de algún torneo. Es uno de esos casos casi desconocidos que esconden varias partidas dignas de ser estudiadas, gran privilegio del ajedrez, en el que cualquiera puede firmar obras de arte con el sólo poder de su mente, sea cual sea su condición o su fama.

 

 

 

 

 

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