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                        Lo que llama poderosamente la atención de esta partida
                        es el arriesgado plan que ideó Rossolimo, un ataque
                        original e irrepetible. Lo primero que se le ocurrió
                        fue fabricar un
                        bastión ofensivo con el peón en d6, eso sí, a costa
                        de sacrificar un caballo. Aunque parezca increíble, ese
                        peón es el eje sobre el que girará toda la partida y
                        será la base de todas las operaciones de las blancas,
                        que no descansarán hasta lograr que el rey negro
                        permanezca en el centro para poder atacarle sin
                        miramientos. 
                                  
                        La siguientes combinaciones son fulgurantes, con el
                        propósito de no dejar respirar al rey negro y
                        mantenerle siempre a tiro. Un ataque fulminante, rápido
                        y contundente, sin duda uno de los más originales que
                        recuerdo, no basado en ideas conocidas. Rossolimo
                        siempre se caracterizó por su imaginación en el
                        tablero y por la energía de su juego, juntando ambos
                        ingredientes el resultado suele ser partidas repletas de
                        belleza. 
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