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La luz que se estaba extinguiendo

Bosque frondoso con la luz del atardecer atravesándolo

Tahl, Mikhail - Lautier, Joel

Barcelona, 1992

1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.g3 b5 4.Ag2 Ab7 5.0–0 c5 6.Ag5 Db6 7.a4 a6 8.Cc3 Ce4 9.Cxe4 Axe4 10.axb5 Dxb5 11.Dd2 f6 12.Af4 Db7 13.c4 cxd4 14.Dxd4 e5 15.Axe5 fxe5 16.Dxe5+ Ae7 17.Cd4 Axg2 18.Cf5 Db4 19.Rxg2 Cc6 20.Dxg7 0–0–0 21.Txa6 Db7 22.Tfa1 Cb4+ 23.Rg1 Cxa6 24.Dxe7 Db6 25.Da3 Thf8 26.Cd6+ Rc7 27.Dxa6 Ta8 28.Dxb6+ Rxb6 29.Td1 Ta2 30.Td2 Rc6 31.f3 Tfa8 32.Cb5 T8a4 33.Tc2 Rc5 34.Cc3 Ta1+ 35.Rf2 Txc4 36.Td2 Ta7 37.e4 Rc6 38.Re3 Tb7 39.Tc2 d6 40.Rd3 Tc5 41.f4 Tb4 42.g4 Rd7 43.g5 Re6 44.h4 d5 45.Cxd5 Txc2 46.Cxb4 Txb2 47.Cc2 Tb3+ 48.Rc4 Th3 49.Cd4+ Rf7 50.f5 Txh4 51.Rd5 Tg4 52.Cf3 Tg3 53.Ce5+ Rg8 54.f6 Txg5 55.Re6 Tg1 56.f7+ Rg7 57.Cd7 Tf1 58.f8=D+ Txf8 59.Cxf8 h6 60.Cd7 h5 61.Ce5 h4 62.Cf3 1–0

     

Después de 13...cxd4                Después de 21...Db7   

La última partida de ataque de Mikhail Tahl, el mago del tablero

Mikhail Tahl en sus últimos años

           Están ustedes ante la última partida de ataque disputada por Mikhail Tahl, éste fue su último torneo, ya que desgraciadamente falleció unas semanas después. El ajedrez era una parte indispensable en la vida de Tahl y por ello estuvo jugando torneos hasta el fin de sus días, en ocasiones con graves problemas de salud.

            A pesar de que su luz se estaba extinguiendo, siguió manteniendo su estilo agresivo y lleno de imaginación, como prueba esta partida. No fue de la misma opinión Joel Lautier, que por aquel entonces tenía 19 años, que se tomó la derrota muy mal y trato de demostrar en el análisis post-mortem que había perdido por errores propios... pero Tahl, fumando un cigarro tras otro, fue rebatiendo todas las variantes que proponía su joven rival demostrando que sus combinaciones fueron más que correctas.

 

            Durante la clausura del torneo, la mayor parte de las ovaciones tributadas por el público fueron para él. Tahl había jugado en una condiciones extremas, deteriorado por el cáncer de estomago que padecía, acudió al torneo en silla de ruedas y recibió asistencia médica cada día. Sin embargo, no quiso abandonar la competición y disputó todas las rondas, luchando en cada partida, aunque en la mayoría de ellas le abandonasen las fuerzas. Su único motor, ya que su cuerpo no respondía, fue su ilimitada pasión por el ajedrez, la cual le acompañó durante toda su vida, hasta el último de sus días.

            Así era este jugador genial e irrepetible, hasta el último momento estuvo dando lecciones en el tablero. El destino nos privó demasiado pronto de seguir disfrutando de su juego, que como había demostrado seguía siendo muy alto (no olvidar que fue el primer campeón del mundo blitz en 1988, con 52 años). Su vida desordenada hizo que envejeciese prematuramente, teniendo la apariencia de un anciano cuando los 60 años todavía le quedaban lejos. Pero Misha era así, vivió como le apetecía hacerlo, sin importarle lo que nadie pudiese opinar de él. Por suerte, nos quedan sus partidas para recordarle y también para no olvidar que el ajedrez es algo más que un deporte, es un arte.

Tahl, totalmente demacrado, durante el torneo de Barcelona

 

 

 

 

 

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