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 Al ataque en la defensa francesa

Ejército francés sobre la nieve, con uno de sus famosos cañones

Rovner, Dmitry - Tahl, Mikhail

Semifinal Cto. URSS, Riga 1955

1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cd2 Cf6 4.e5 Cfd7 5.Ad3 c5 6.c3 Cc6 7.Ce2 Db6 8.Cf3 cxd4 9.cxd4 f6 10.exf6 Cxf6 11.0–0 Ad6 12.Cc3 0–0 13.Te1 Ad7 14.Cb5 Ab8 15.Cc3 Ad6 16.Ag5 Tae8 17.Te2 Cg4 18.h3 Txf3 19.gxf3 Ch2 20.Rg2 Cxd4 21.Te3 h6 22.Ah4 Af4 23.Ag6 Axe3 24.Axe8 Chxf3 25.Axd7 Cxh4+ 26.Rf1 Dxb2 0–1

Después de 18.h3

Partida sugerida por Alfredo Cuadros (México)

 

          El ajedrez tiene un componente de incertidumbre desde la apertura. Las blancas eligen el rumbo en la primera jugada, pero las negras pueden escoger entre un gran número de continuaciones cuando les llega el momento de mover. Cuando juegas 1.e4 siempre tienes la esperanza de jugar una apertura abierta o una siciliana, que siempre promete emociones fuertes. Cuando la respuesta es 1...e6 (defensa francesa), te dices: "Vaya, a pelear por cada milímetro de tablero". En esta apertura lo habitual es llevar nuestro peón a e5 y presionar con fuerza en el centro. Las negras, por su parte, tratarán de atacar el punto débil d4 a través de c5. Habitualmente la posición se cierra herméticamente debido a las cadenas de peones y la lucha se convierte en posicional, volviéndose un tema delicado dónde y cuándo romper dicha cadena de infantes. A veces la defensa Caro-Kann desemboca en posiciones parecidas, por lo que es una apertura de probada solidez, tal y como ha demostrado Anand ante Shirov hace unas semanas. Es curioso que en su siguiente torneo Shirov abrió todas sus partidas con blancas con d4, huyendo despavorido de una posible Caro-Kann que seguro que sus rivales le habrían planteando.

           Viendo los nombres de los grandes expertos en esta defensa, todo se comprende: Mikhail Botvinnik, Tigran Petrosian o Viktor Korchnoi la utilizaron con mucha frecuencia. Por eso, la jugada 1...e6 no promete emociones fuertes... salvo si la mano que la realiza es la de Mikhail Tahl. Las negras abrieron varías vías por las que poder lanzar sus piezas, eso sí, a costa de debilitar su enroque. Tras la entrega de calidad las piezas negras se coordinan y pasan al ataque, poco importa tener menos material cuando nuestras tropas se mueven con más habilidad. Tahl nos demuestra que con imaginación se puede atacar en todo tipo de situaciones, incluidas las aperturas más cerradas. Son los detalles que nos dejó un jugador genial, que por aquel entonces sólo tenía 18 años, un ajedrez diferente, muy alejado de lo que hoy conocemos.

 

 

 

 

 

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